Por: Señorita Pepis / diciembre 2014
“A veces sentimos que lo que hacemos en tan solo una gota en el mar, pero el mar sería menos si le faltara una gota”. La frase es un pensamiento de la madre Teresa de Calcula, para unos una mujer santa, beatificada hace unos años, premio nobel de la Paz; para sus detractores, que tuvieron la ocasión de conocerla, existe poco que ver entre la imagen que tenemos en Occidente de esta mujer y la realidad que ellos conocieron.
India, Tíbet, Ecuador, Colombia, Haití, Senegal, Marruecos, Kenia, Jordania, Brasil, países que tienen en común la pobreza , donde las mujeres son tratadas con desigualdad con respecto a los hombres y donde los niños y los ancianos, por ser los más débiles, pagan las consecuencias en forma de desnutrición y abandono por parte de la sociedad. Nada menos que 3.500 millones de personas, la mitad de la población mundial, están condenadas a la pobreza por esa razón.
Pero ahí estamos nosotros, los salvadores del primer mundo, que nos acercamos a estos países deseando aportar nuestro granito de arena para resolver unos problemas que deberían estar entre las prioridades de los dirigentes del planeta.
Genoveva Casanova es una de esas personas conocidas a las que el destino les ha colocado en una situación de privilegio social y viaja por el mundo “buscando algo que aún no sé que es, pero lo que sí tengo claro es que el servicio humanitario se ha convertido en algo totalmente necesario para mí.”
Por ese motivo, Genoveva Casanova, ex mujer de Cayetano Martínez de Irujo, uno de los hijos de la recientemente fallecida duquesa de Alba, ex de Gonzalo Vargas Llosa, hijo del premio nobel de Literatura Mario Vargas Llosa, ha presentado su exposición “No Blink” (Sin parpadeo) en el Círculo Ecuestre de Barcelona. Se trata de una colección de fotos que ha realizado durante sus viajes a lo largo y ancho del planeta en los últimos diez años, con la intención de acercar a la sociedad sus conocimientos de unas realidades difíciles, pero también ricas y llenas de esperanza. Los fondos recaudados con la venta de las fotos de Genoveva irán destinados a los proyectos que Accem, una ONG con la que está comprometida, que se dedica a desarrollar proyectos en favor de las personas en situación de riesgo o exclusión social.
Con aspecto relajado, superado ya el mal trago del funeral de la duquesa de Alba, “aunque la recordará siempre” vestida con pantalón y camisa color azul; Genoveva acaba de regresar de un viaje por Florida donde ha visitado Art Basel Miami. Amable y cercana si las preguntas van dirigidas a su trabajo fotográfico, por el contrario se muestra esquiva y distante si tienen que ver con la portada que le ha dedicado la revista ¡Hola¡, donde aparece con el que podría ser su nueva pareja, el ex ministro de Justicia José María Michavila, viudo desde hace poco más de un año, y con cinco hijos. Con Michavila ha coincidido en Miami y compartido distintas actividades, como paseos por la playa, compras con algunas de sus hijas, cenas íntimas. Cosas que hacen pensar que, poco a poco, lo que parecía sólo un rumor se consolida como una relación, aunque ella dice que “su vida privada no interesa a nadie”.
Pronto, Genoveva viajara de nuevo a Cálculta. ¿irá sola? a seguir nutriéndose de las “miradas de las personas que he conocido y que me miraron y me lo dieron todo en un segundo…”